lunes, 27 de septiembre de 2010


Veo tus ojos. Vivos. En la muerte del instante. En la foto que te hice en blanco y negro cuando la vida aún tenía color. Y me da por pensar. Por buscar. Trato de encontrar la esencia. La esencia de ese sueño. La esencia de tu perfume. Sé que lo dejaste escondido entre las sabanas. Lo percibo cuando duermo. Siento tu aroma. Tu jodido aroma. Pero son solo sueños. Tengo que aprender a diferenciar entre realidad y ficción. Por eso quiero encontrarla ahora. La esencia. Para comparar. Ahora que tengo la nariz en Casiopea. Aquella pequeña estrella que hicimos especial entre las decenas que adornan mi colcha. Pero no. No esta. La esencia. Y veo tus ojos. Solo tus ojos. Vivos. En la foto en blanco y negro. Y muere el instante. Y muere el sueño.
El sueño de encontrarte.
De nuevo.
Entre mis sabanas. Viva.
Como el aroma de un perfume.
De tu perfume.

2 comentarios:

  1. Mira. Hay dos manera de escribir sobre estos temas, siendo un hortera, o conmoviendo a los lectores y tu, en todo lo que he leido, no has parado de conseguir lo segundo. No me conoces, pero no me salen los halagos con facilidad, y, créeme, tu estilo no se parece para nada al mío, pero no por eso me encanta menos. Enhorabuena por el blog, me parece realmente bueno y, tenlo por seguro, te seguire leyendo :)

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  2. Muchas gracias Arturo... Comentarios como este, son los que muchas veces me mueven a apartar la desidia y ponerme delante del folio en blanco a crear algo que poder compartir... Es un placer tenerte por aquí compartiendo palabras con las que poder matizarnos... He estado ojeando tu blog, y he de decir que, sin animo de corresponder, me gusta tu estilo despiadado de critica social. Yo tambien te seguiré...

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