viernes, 1 de noviembre de 2013



El extravío de la individualidad ante un infinito difuso y desconocido. El silencio irrevocable de lo que somos, de nuestros anhelos, de nuestras dudas, de todo aquello que construimos en base a referencias inventadas desde nuestro conocimiento limitado. Al fin y al cabo, el principio de la consciencia humana siempre está en la muerte, en nuestra propia pérdida. Uno se vuelve humano cuando entiende y asume, con reparos, siempre sin creérselo del todo, la certeza de la muerte. Pero ni siquiera esa percepción nos hace sentir verdaderamente vivos. En ocasiones la desesperación, los problemas cotidianos y vitales, nos tiñen de gris el cielo de una vida que, paradójicamente nos llega a parecer invulnerable, eterna. 

Reflexiono sobre esto viendo Gravity, la última película de Alfonso Cuarón. El director mexicano nos transporta al cosmos para meternos en la piel de dos astronautas en plena misión espacial. La doctora Stone, personaje interpretado por Sandra Bullock, una ingeniera melancólica y apática por un fatídico trauma del pasado, en plena búsqueda de refugio donde silenciar las voces de la culpa, y el pinturero Matt Kowlasky, interpretado por George Clooney, un astronauta simpático y bonachón, que disfruta del que será su último viaje contando historietas e intentando batir el récord de minutos en paseo espacial del ruso Sergei Andreiev. Todo se tuerce cuando un satélite ruso explota y sus restos destrozan el transbordador que los tenía que llevar de vuelta a casa. Allí, con la constatación de su soledad extrema, empezará la aventura por la supervivencia en ese universo inmenso y bello que nos rodea, quizá lo más parecido al infinito que somos capaces de percibir.

Para seguir leyendo mi crítica de "Gravity" para la revista Hyperbole pinchad en:

Hyperbole

2 comentarios:

  1. Me encanta! Y después de REleer esto, te nomino al WordPress Family Awards. Como ves me la pela que seas de blogspot (pero que mal gustooo!), jajaj.
    Más información:
    http://psiconautablog.wordpress.com/

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  2. mmmmmmmmmm.... cierto crítico que (mal)conozco calificó la película de "sensiblera", pero mi mejor amigo, criticón hasta el hueso y anti-sensiblerías nato, se conmovió mucho. So pena de que me etiqueten como la-que-come-lo-que-otros-prueban, casi siempre espero, cuando las opiniones son contradictorias, que mi Aleph odioso se lea el libro, vea la película, vaya a la obra, y solo entonces, viendo el efecto en él, me lanzo. Creo que pudo, sin dañar el efecto conmovedor de la historia y la profundidad del mensaje, atacar menos la emotividad del público. Por lo demás, excelente. No creo que se convierta en cinta de culto pero, como algo que se incluye entre lo mejor del año, vale...

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